También conocido como El “balcón de Punilla”, conjuga paisajes montañosos con parques, juegos en la naturaleza, cerros ideales para el senderismo y una capilla emblemática.
Los Cocos, de belleza singular, se trata del enclave de mayor altura del Valle de Punilla. Es elegido por muchas familias, que la convierten día a día en su lugar preferido de visita, y por aquellos que desean disfrutar haciendo senderismo, paseos a caballo o en bici.
Miradores, postas religiosas y museos
Entre el bosque y la sierra aparece la Capilla Santa Teresita del Niño Jesús, construcción de estilo americanista que data de 1934. A ella se suma el monasterio Abba Padre, donde conviven monjas que se dedican a las artesanías religiosas, los tejidos artesanales y labores botánicas en un huerto y vivero.
Sin duda, uno de los paseos preferidos al aire libre recorrer el cerro El Camello, donde se encuentra El Mástil, un monolito de 31 metros de altura, que se suman a los 1800 del cerro. Si no, una buena idea es ascender unos 1440 metros hasta el cerro Cabeza de Soldado. Ambas opciones regalan panorámicas espectaculares.
A quien desee incluir una parada cultural, el museo La Loma expone de manera permanente las obras de Victoria Crenna de Majorel y ofrece talleres artísticos en su centro cultural.
Pasaporte a la diversión
Entre parques, museos y un laberinto de ligustros, también destaca aquí el complejo «El Descanso», apto para disfrutar de toda una jornada. En las cercanías de este antiguo complejo hotelero, hoy convertido en un parque de diversas atracciones, se encuentra una imperdible aerosilla.
A través de ella, es posible subir a lo más alto de un cerro, donde se encuentran otras actividades. Por último, un complejo infantil cuenta con juegos y un pequeño tren que transita sobre el borde de la montaña, otro plan ideal para los más pequeños.